Botando humo por las nariz
Con azúcar en la cabeza
Un rencor pequeño y molesto como un zumbido
Y lo suficientemente perturbado
Lo suficiente para una noche sin fin alguno
Escupir algo de sangre
Vestir como idiota para asesinar ángeles
Y con golpes al aire amenazando al mundo
¿Qué queda para uno?
Las ganas de llorar se mezclan con la risa
Un saludo tan frio como un desprecio
La amargura de mi boca recorriendo hasta las tripas
Con lo que queda
Con lo que soy

No hay comentarios:
Publicar un comentario