lunes, 30 de diciembre de 2013

INDOOR: Capítulo 3, “Si somos así, no es por culpa de las drogas”

Me pase un mes inconscientemente esperando que de alguna otra forma, que mi tío volviera y todo tuviese esa normalidad pasada. Me quedaba dormido en un sillón sentado y con una lata de cerveza que siempre quedaba a medio tomar. A veces venia mi abuela y de forma de terapia aseaba el departamento en silencio, solo saluda y se despedía. Mi madre me preguntaba si estaba bien solo, si quería volver. Pero yo me mantenía ahí esperando a que llegara, a que todo fuera como antes, a tener una razón para levantar la raja y hace algo medianamente útil. Pero el tiempo cura todo, penas de amor, rencillas, incluso delitos quedan prescritos. El tiempo a través de la resignación, más que del olvido, tiene ese poder sanador. Fue cosa de tiempo y resignación a dejar de esperar. Pero la normalidad nunca llego, por más resignación y dejar de esperar, nada fue normal. Más bien las cosas se pusieron buenas y hermosamente caóticas.

Una vez resignado en el departamento vi mucha droga, tanto en cantidad como variedad. Hubo cocaína, chicota, mangazos, anfetas, LSD, peyote, floripondio, tonas y por supuesto que marihuana (sin mencionar el tabaco, alcohol y café que la gente también olvida que son drogas). Recuerdo una vez llego un angustiado de mierda con un pedazo de cañería y pasta base en su interior. Por alguna razón siempre tuve un rechazo algo clasista de mi parte, pero rechazo al fin y al cabo en relación con la pasta base. Recuerdo  como esa vez, con martillo en mano como argumento, eche cagando al pastero. Alguien se quejó abiertamente y justificadamente, de hipocresía por mi parte. Solo pude argumentar que un pastero no ve ni amigos, ni buena onda, ni nada en su espiral de consumo. Solo cometí el error de desconfiar nada más que de los pasteros, porque hasta un hippie todo buena onda te caga. Siendo optimista en las traiciones descubres la verdadera amistad, de esa que ya he hablado.

Me gane el odio de los vecinos, la preocupación hincha hueas de mis padres y la fama de caso perdido. Fue cosa de tiempo, pero convertí mi vida en tema de conventilleo. Entre dedos que acusaban y la supuesta empatía de creer entenderme. Yo solo sacaba provecho a mi inexperiencia y ganas de pasarlo bien sin medir consecuencias. De arrepentirme solo un par de cosas que no aproveche en su momento y cierta persona importante en mi vida que se marchó, porque no supe parar a tiempo. Pero el resto en su gran mayoría son recuerdos con una sonrisa de malicia o experiencias que te enseñan a no caer tan fácil como antes.

Ya no hay tanta variedad de drogas eso sí, por lo menos no como antes. Más que nada se mantiene el humo pasoso de la yerba en todas sus versiones. De esa tan toxica y café proveniente de Paraguay. El cogollo ultra resinoso, de calidad insuperable y de efecto comprobado. Incluso las inofensivas hojas, que uno termina quemando y agradeciendo cuando ya no queda más que fumar. Sea indica o sativa, de la buena o la misma mierda de siempre. La marihuana fue y seguirá siendo, una de las cosas sobrevivientes de tiempos alocados y duros. Es más aun, ahora sería producida en la comodidad del closet elegido. Bajo la vigilancia de los alógenos y  a la mano de un trio de consumidores entusiasmados con el proyecto. Era tan bueno como poder hacer incluso tu propia cerveza, pero la vida no puede ser tan perfecta.

-Salva, hermano- le decía a Salvatore con un toque de alegría -, es hora de poner fecha pa comprar las hueas y no quedarnos solo con la idea hueón ¿el culiao del Feña te dijo si ya tiene la plata?
-Ese es el problema hueón. El Feña no ha dado respuesta a ni una huea y parece que se corretea solo.
-Por la conchetumare- ya estaba perdiendo la paciencia -¿Por qué chucha tiene que cagar los planes ese saco huea?- Pensaba en dos semanas de trabajo duro y la lata de aguantar una ebria fueron en vano.

Pero Feña era así, volátil como los mismos porros que fumaba. No lo hacía de malo, ni de chato o desleal. A veces pensaba que solo era ahueonamiento o tanta mierda consumida lo dejo sin neuronas. Pero estaba la posibilidad de que Salvatore estuviese exagerando, cruzaba los dedos porque fuese así.

-De no tener la parte de Feña ¿tendríamos que suplir su parte con 90 lucas cada uno?- preguntaba algo resignado.
-Es obvio hueón.
-Ok, ya no sé de donde chucha sacar más plata. Por lo menos no a corto plazo.

No quería trabajar doble turno de nuevo, no quería que mi supervisora creyera que de verdad me convertía en empleado modelo, simplemente no quería nada de eso sin antes pedirle explicaciones a Feña. Pero estaba igual que hace tres semanas atrás o por lo menos con esa sensación de que todo está cuesta arriba. Maldecir la suerte es poco y querer azotar al Feña no era nada. Pero tenía que hablar con él, no podía sentir que todo se fuera a la cresta sin hablar con él.

Feña siempre tuvo una virtud, es algo que tengo que decir a su favor. Cuando parece que cagarla más es imposible, algo hace para poner todo a su favor. Por ejemplo una vez le dijimos que no trajera a nadie más al departamento, que los que estábamos eran los precisos y que más gente solo significaba entorpecer todo. Insistía en que llegaría con 4 persona más, a pesar de nuestros razonables argumentos y los insultos que pudiésemos hacer. Pero esas 4 personas extras eran minas, todas más que apetecibles y por lo menos 2 de ellas más que ricas. Tenía ese don de hacer sus cagadas en aciertos, en tener que pedirles disculpas siempre al último momento. Esperaba que pasara de nuevo, solo me quedaba comprobar hablando directamente con él.

“Feña weon, cuando puedas ven pal depto o responde los mensajes. Con Salva ya tenemos nuestra parte y esperamos que no seai maricón. Puede que pase pa tu jato hoy de todas maneras.”

Escribí eso en su muro de Facebook y solo esperar un poco por si se pronunciaba. Sabía que no era garantía de nada, pero solo era desesperación ante de resignarme a conseguir más dinero. De todas maneras no era mucho lo que podía hacer, aparte de prender cigarros pa la angustia del momento, solo tener que espera y aceptar lo que pasara.

“Oye culiao contesta el teléfono por lo menos”

Salvatore comentaba mi publicación y él ya la paciencia la había perdido. El problema ya se hacía doble, porque este par ya estaba a punto de enemistarse por milésima vez. El asunto es que siempre me veía en medio de sus discusiones hueonas y latosas. Uno acusaba al otro de materialista y de siempre querer ganar. El otro le enumeraba argumentos, para terminar simplemente de tratarlo como ahueonao. Yo todo aburrido escuchando una y otra vez un dialogo que parecía aprendido de memoria. Solo recordar que se me venía esa discusión nuevamente, me producía doble sentimiento amargo. De ser así preferiría tomar solo y olvidar todo, incluso indoor. Pero cuando mi pesimismo llegaba a su momento cumbre, pude ver la luz al final del túnel. Una notificación de Facebook me daba un respiro e incluso una buena espina.

“Cabros llego en una hora más menos con una buena noticia, dejen de dar jugo los weones.”

El problema con Feña es que poco confiable si dice que algo es bueno, tiene un sentido de lo bueno lo más variado que se puede. Solo prender más cigarros para esperarlo con sus buenas noticias y salir de todas las dudas. Pero por lo menos dio una señal de vida, incluso cuando queríamos matarlo.

Salvatore calculó por lo bajo que necesitaríamos 180 lucas para hacer un buen indoor básico, por lo menos para empezar y con el tiempo mejorarlo. Razonable y todos estuvimos de acuerdo. Trabaje como burro dos semanas para conseguir mi parte, sorprendente, pero no tan admirable al final de cuentas. Pero nunca esperamos que el don del Feña, fuera la mayor sorpresa de todas. Consiguió de segunda mano: Germinadores, temporizador, filtros, maceteros, alógenos, ventilador e incluso extractor. Todo eso por la módica suma de 120 lucas, una verdadera ganga con todas sus putas letras. Nuevamente con Salvatore nos comíamos nuestros insultos.

El milagro fue el siguiente. Feña se entera que un conocido suyo que vive con los padres y que tenía el indoor escondido, fue descubierto. Que el supuesto armario que armó como cubierta, no contenía lo que les dijo a sus padres en un principio. La vieja que se entera del gusto por la botánica de su hijo, tanto por la eterna curiosidad femenina y la torpeza de que ese día dejo el armario sin candado. Fue cosa de minutos en que todo termino con una amenaza de llamar a los ratis, amenaza que sería real si no se desase del indoor entero. Un tipo desesperado sumado a la necesidad de recuperar algo de la plata invertida, da como resultado un buen precio para tres afortunados.


¿Final feliz hijos de puta? Pues solo en parte. El cómo invertir las 60 lucas restante fue otra discusión hueona, aburrida e incluso innecesaria. Fue un largo dialogo, solo por ver quien tenía más la razón mientras nos dirigíamos por nuestro indoor. No les miento que me sentía a pesar de estar al medio de ese par de hueones, una alegría especial. Más que por el indoor en sí, sentía alegría por mis amigos y hacer cosas con ellos. Eran un par de orgullos al discutir siempre, a veces idiotas, a veces desesperantes. Pero junto con la marihuana, fueron ellos también sobrevivientes de tiempos más alocados. Con o sin yerba, con o sin copete, somos así. No miento en decir que también es así como nos gusta ser. La resignación de que no va a volver mi tío Evaristo aún sigue, pero con amigos, no era tan malo.

viernes, 27 de diciembre de 2013

INDOOR: Capítulo 2, “Nada personal, son solo negocios”


Sin plata no haces más que respirar y disfrutar del sol. Pero todo significa dinero y tener que conseguirlo. Algunos trabajan, otros piden y algunos roban. Pero el dinero es el sinónimo del maquiavelismo puro, un fin sin importar los medios. Con ese pensamiento, un vago como yo pensaba en donde sacar 60 lucas. ¿De pedir prestado a quien y si es trabajando en dónde? La idea de asaltar del banco fue desechada, ya que conseguir armas y un vehículo era mucho más costoso que 60 lucas. En verdad la idea de robar en sí era desechada, porque simplemente no me daba el cuero. No veía por donde reunir esa suma, por el momento me era imposible. Me veía obligado a trabajar doble turno y odiaba tener que hacerlo.

Nunca me vi presionado por trabajar tiempo completo y desde que descubrí que no me era necesario, nunca lo volví hacer. Con un trabajo part time aprendí a sobrevivir de lo más bien y solo necesitas ahorrar en pequeñas cosas. Si no tienes hijos puedes mantener así y no vivir estresado por pasar mucho tiempo en la pega y mantener una familia. Aparte, si firmas contrato, incluso puedes tener un seguro de cesantía que te permite cómodamente tirarte las bolas por un par de meses. Mi tío Evaristo me lo decía, mientras yo llegaba con las manos quemadas después de estar friendo en un local de comida rápida. <<La gracia del dinero no es tener mucho, es saber cómo administrar lo que tienes>>. Por ende el mínimo esfuerzo era mi estilo de vida, total me asegure un buen techo y el resto solo era paja molida. Eso hasta que surgió la buena idea, pero bastante costosa, del indoor. Pero si le daba un par devueltas, con el tiempo no gastaría tanto en comprar marihuana, no me arriesgaría con traficantes picaos a choro y lo mejor, es que fumaría yerba de la buena y no la mierda café que viene en ladrillos. Sin olvidar por supuesto la utilidades.

Así que cuando me tocara mi oportunidad de ir a mi puesto de trabajo e intentar hacer algo de supuesto provecho. Hablaría con mi supervisora de las posibilidades de tomar un turno extra y que solo sería temporal hasta que se cierre el mes. Ahí nació otro problema, pequeño, pero problema. Mi supervisora es una conchesumadre y tenemos una linda relación de desprecio mutuo. Si yo la considero una amargada, de concha seca e incapaz de ser follada. Ella me tenía por crápula, irresponsable, carretero, rancio, vividor y quien sabe que otras cosas fantaseaba conmigo.

-Señora Cindy- la trataba de señora a propósito, era un año menor que yo –necesito pedir un favor si no fuera mucha la molestia.
-Mientras no me pida libre o un adelanto Don Ernesto ¿qué seria?
-Necesito hacer doble turno, sería solo hasta fin de mes Señora Cindy.
-¿Desde cuando tanto gusto por el trabajo Don Ernesto?- se burlaba ahora la muy puta –con razón tembló en la mañana-  chiste malo y repetido pensaba en mi adentros. Me moría de ganas de responder, decirle que cuando le sacaran las telarañas de la zorra entonces sería un cataclismo. Pero aguante sonriendo y disimulando.
-Es que necesito un dinero extra para unos arreglos en el baño- excusa más que valida –, si no fuera por esta necesidad, de verdad no la molestaría.
-Mañana le tengo su respuesta Don Ernesto, tendría que verlo con los de arriba- al final eso último solo lo hacía para ponerme molesto. Después de todo, ella era razonable si el argumento que presentaba era bueno. Pero aun así seguiría siendo no follable y abominable hasta el fin de los tiempos.

Fue así como un orgulloso flojo como yo, un holgazán que se jactaba de serlo. Se vio dos semanas consecutivas trabajando doble turno y viendo como los días se esfumaban por la ventana. Pensaba en el indoor para aguantar y en lo bueno que es mostrar determinación de vez en cuando. Los primeros días fueron de paja horrible, pero la segunda semana ya me dormía solo con apoyar la cabeza en la almohada. No puede ser normal el amor al trabajo, quizá al dinero, pero no al trabajo. Puede que sea un loco por no seguir los patrones de conducta normales y lo acepto de buena gana incluso. Pero alguien que adore la rutina es de patio, incluso aseguro que tenga cierto retraso de ser así. Y así con todas esas meditaciones, desde el cumplir el sueño del indoor hasta la filosofía de la pega, llego el bendito cierre de mes. Las felicidades son momentos y ese en especial, fue casi orgásmico. Aunque sentía que no podía terminar todo tan fácil y de alguna forma intuía que algo pasaría.

Recuerdo que una vez mi mamá de sorpresa me invito a comer pizza a pito de nada y fue agradable. Una vez mi padre de sorpresa me llevo al cine y lo pase súper. Una vez mi ex de sorpresa mientras dormía, me despertó con una mamada y fue la raja. Puedo decir que las sorpresas pueden ser agradables, pero las hay aquellas que pasan a lo nefasto. Como cuando te encuentras con la sorpresa de que la cecina está podrida y por ende el refrigerador esta malo. Que la marihuana que te vendieron, al fumarla te llevas la sorpresa que te cagaron con orégano. Pero cuando descubres la sorpresa que tu jefa a quien odias, te está esperando a la salida del call center para darte la otra sorpresa de invitarte unas cervezas, porque está sorprendida con mi supuesto cambio de actitud en relación al trabajo. Son de esas sorpresas que no entiendes ni huea y te dejan sin capacidad de reacción.

Me veía sentado frente a ella en ese local de Bellavista, junto a la mujer que nunca en mi vida imagine compartir un trago. Para ser honesto, ni siquiera imaginaba si tenía vagina. Pero ahí estaba disimulando simpatía, intentando desifrar como fue que acepte esa situación y bebiendo a sorbos pequeños. Igual pude conocerla mejor, saber de cierto pololo (esa sí que fue sorpresa) que vivía ocupado y otras preocupaciones típicas de su género. El miedo a la vejes, el miedo a la soledad, el miedo al fracaso y la infaltable intuición femenina. Más que despreciable, la encontraba más bien insegura. La actitud desagradable en el trabajo es para no verse de rodillas, no verse vulnerable como la estaba viendo en ese momento. Sentí compasión y tuve como acto de piedad invitar la siguiente ronda. Me encontraba en un hoyo en ese momento con ella y pedir otra ronda no fue salir, sino seguir cavando. Si tu jefe se emborracha en un paseo o fiesta de la empresa, puede ser simpático e incluso un premio para la clase proletaria. Pero tener a tu supervisora, hecha mierda de ebria y tu verte como responsable de ella, preferiría cortarme un coco mil veces.

-No me digas Señora Cindy hueón, soy tu jefa y te ordeno que me digas Cindy.
-Ok Cindy, lo que me importa si te sientes bien.
-Me siento la raja hueón y rica- eso último me estaba asustando -. Yo sé que vo soy carretero ¿pa qué tan cartucho hueón?
-Seño… Cindy, solo me preocupo un poco- hablando de cordura en un momento así demuestra toda mi desesperación -. Aparte es tarde y no sé me ocurre nada.
-Vamos a mi casa po, vamos y compramos otras cervezas- ya tenía toda la pinta de terminar mal. Maldita sea cuando intuyes hueas.

No sé por qué mierda me deje convencer, puede que el miedo a que le pasara algo sola y perder la pega o de verdad me preocupaba un poco. Estaba yo igual algo arriba del balón, pero en mucho mejor estado que ella por cierto. Aun así, me veía caminado del brazo con la persona que detestaba, pero que al final de todo solo es una molestia. Pasamos por una botillería y compramos unas latas de cerveza, compartimos una a media  mientras descifraba donde ella vivía. Fue un culo, pero llegamos a su departamento en medio de Santiago centro de un solo ambiente, de esos que solo el baño es otro cuarto. Estúpidamente seguí bebiendo con ella y presentía que se complicaría todo más. Estaba sentado a su lado en un sofá cama y ya no de frente. Podía sentir el calor expelía su cuerpo borracho, el acercar más la cara al hablar y que solo era necesario que uno de los estirara la trompa para un atraque. Luche contra de mi instinto hasta lo que más pude, recordaba a mi tío y su regla de no meter la polla donde tienes la olla (no follar con quien tienes una relación laboral). Pero fui débil y vulnerable como ella lo fue toda la noche ¿Cómo es posible que alguien que detestas todos los días, termines con ella en una noche compartiendo saliva? Las consecuencias de dos semanas de trabajo duro y una invitación que no supe rechazar. El indoor costaba más que dinero, pensaba de forma irónica. Eso sí, juro que no tuvimos sexo, solo besos y alguna otra caricia calenturienta. De esa manera pase la noche con ella en su cocina, living, comedor y pieza al mismo tiempo.  Un despertar agitado por parte de ella pidiendo explicaciones, le vi nerviosa y sabía que tenía que mentir. Mentir es un arte cuando necesitas salvar el cuello o que todo quede en nada.

-No pasó nada- ponía cara de póker y usaba tono calmado -, solo la traje porque se sentía mal. Me dijo que sentía miedo de estar sola y que me pidió quedara un poco. Yo acepte pensando que cuando se quedara dormida podría irme, pero yo también me quede zeta.
-¿Solo eso pasó?- aun dudaba un poco.
-Solo eso.
-¿Sabes que tengo pololo?
-Lo sé, un ocupado hombre de negocios.
-Eres bueno Ernesto, siempre te creí un vago, pero estas dos semanas- hizo una pausa algo incomoda -, no pensé que fueras bueno, solo eso.

Pude librar con éxito de una situación incómoda, pero no sin sentir algo de culpa. De alguna forma me aproveché de una mujer ebria y mentí para salvar mi culo. Cindy me daba algo de pena a estas alturas, si no fuera tan hueonamente tirana, incluso sería linda. Aunque desde ese incidente ebrio y baboso, es algo más amable ella y yo menos indiferente. No soy su amigo ni algo parecido, solo la relación es algo más sana laboralmente. Solo una relación de negocios, nada más que eso. Total mi objetivo estaba cerca, el indoor ya era más real que un sueño.


Una vez que llegue a casa llame a Salvatore, contándole que en una semana ya tendría mi parte para el indoor y que todo va según el plan. Para celebrar llego al rato con algo de yerba y un par de cocteles de vodka. Tuve otra sorpresa agradable al darnos cuentas que exhibían por televisión, la más grande obra de arte hecha película: “El Padrino”. Pero eso sí, me sentía incómodo cada vez que Tom le recordaba a Sonny que no lo tomara personal, que solo eran negocios.


INDOOR: Capítulo 1, “La mano hueón es un indoor”

No sé cómo empezar, puede que el principio sea tan lejano como la mismísima inocencia. Pero siento que tengo que darme la lata de recordar la primera fumada y por ende el primer viaje. Si mal no recuerdo, fue una convivencia del curso después del colegio. Una de esas completadas para juntar fondos, que nunca supe qué mierda se hizo con ese dinero, pero la ocasión sirvió para ponernos un poco locos. Ya saben, compramos cerveza, cigarros sueltos y una mina repitente se la jugó llevando un porro.  No recuerdo como se llamaba la mina del porro y de hecho me caía como el culo, porque tenía esa mala costumbre de tratarnos como cabros chicos. Pero esa vez no dio un voto de confianza, una prueba para nuestras inexpertas bocas que solo sabían beber y vomitar. Al principio no me entusiasmaba tanto, prefería la cerveza o el ron “Silver” o simplemente no tener que relacionarme con la mina del porro. Pero ahí estaba toda dispuesta la Javi,  siempre tan linda como la recuerdo. Su cabeza llena de trenzas, una polerita diminuta con el “Gato Felix”, el pantalón a la cadera dejando ver de vez en cuando un ombligo perfecto y esa forma con la que me miraba y yo solo sonreía. Así que como el perro siguiendo la leva, me sume para fumar el primer porro de mi vida. Lo que paso después queda en la antología de anécdotas del curso, no sé qué compañero vomito en el sofá o que una compañera se meo los pantalones porque no alcanzo entrar al baño. Pero yo estuve a punto, lo más cerca que estuve en toda mi fase escolar, de atinar con la Javi. Según mis compañeros, solo estaba sentado al lado de ella mirando el techo. Pero rosaba su mano, sentía el olor de su colonia de guagua y podía hablar con ella sin que me sintiera cohibido. Sé que ahora me parece esa situación infantil y sin importancia. Pero para ser mi primera volada fue la raja, lo mismo pasó con la segunda, la tercera y así cada vez que enrollo algo y le prendo fuego. Sería injusto del todo culpar a la mina repitente o a la Javi de mi gusto por la ganja. En verdad no tengo porque culpar a nadie, ni tampoco agradecer. Pero la marihuana va con mi personalidad sensible y egoísta. Era cosa de tiempo probarla y que me quedara gustando. De hecho ni la marihuana tiene la culpa de que mi vida sea un envidiable desastre a los ojos del mundo.

Mucha gente que me conoce por casualidades de la vida, no saben si admirarme o solo sentir lastima de algo.  Algo no normal me pasa desde mucho antes, incluso antes de la maldita pubertad. Algunos me dicen loco, otros de inmaduro o simplemente un caso perdido. Pero no soy normal y tengo plena consciencia de ello. Ahora bien, asumamos que la locura sea esta supuesta anormalidad, tengo que asumir que muchas de las cosas que me pasan son mi propia elecciones y consecuencias. Suerte, justicia o simplemente casualidad ¿qué importa? Solo me limitó a vivir mi vida como me da la gana y mal del todo no lo pasó.

El asunto es que tuve un tío al que encontraba genial, como uno siempre encuentra genial al tío que no se casa ni tiene hijos. Como no tenía que comprar pañales, ni mantener familia, podía darse libertades. A mis padres esas libertades les eran algo escandalosas, aunque también sentía que era un poco de envidia por parte de ellos. Pero para un pendejo como yo, entre rebelde e irresponsable, mi tío Evaristo era el familiar y adulto más cool de todos. Mujeriego empedernido, bebía como cosaco y un cigarro con la ceniza a medio caer de su boca. Siempre hacia chistes de doble sentido o salía con un comentario que atoraba a todo el mundo en un almuerzo familiar. Tío Evaristo era con quien sentías confianza para hablar de mujeres o sexo ¿por qué con él y no con tus padres? Simple, el no juzgaba, solo se reía. <<Sobrino, cuando deje de andar por hueón por la vida, en mi departamento las puestas están abiertas. Pero eso sí, trae amigas po cabro culiao>>. Espere hasta los 18 para cumplir con ese ofrecimiento, antes mis viejos me mandarían a la cresta. Pero con la mayoría de edad, ni mis padres me tratarían de cabro chico, ni mi tío Evaristo de hueón.

Recuerdo que el acuerdo fue el siguiente, me tomaría un año sabático viviendo con mi tío con el compromiso que me prepararía para entrar a la universidad.  Si bien mi tío era todo lo genial, cool, bakan, chévere, pulento, buena onda y relajado. Extrañaba las pequeñas cosas de vivir con tus padres, por ejemplo encontrar comida en el refrigerador, por ejemplo tener siempre ropa limpia, etc. Por otro lado, cuando vives con una persona, sea quien sea, incluso la estrella de rock más virtuosa o la actriz porno con la actitud más maraca, tienes que aprender a convivir con defectos. Mi tío no fue la excepción, aunque lo vi con optimismo con el tiempo, murió el ídolo pero nació el ser humano. Aprendí a quererlo y conocerlo más que admirarlo. Pasaba por algunas crisis que me producían empatía y a veces tenia actitudes que me sacaban de quicio. No hay día en que no lo recuerde y me sienta un poco melancólico. Sin querer me quede en su departamento perpetuando su legado, con mis propias crisis y actitudes desesperantes.

Por ahora solo me limito a no aburrirme, prendo un caño para escuchar música o ver una película gringa y estúpida. Me junto con menos gente mientras pasa el tiempo y ya aprendí, no sin antes mandarme cagadas, a reconocer a los amigos. Salvatore, por ejemplo, es amigo. Es de esos hueones correctos y con la impresión de que nunca serán pobres. Bebe lo justo, pero se vuela como si el mañana no existiera. El típico argumento que la marihuana es sana y otras pajas que a mí me valen verga. Igual si la ocasión lo amerita fuma prensado o toma terremotos hasta que queda hecho pico. Pero aun así, no pierde su discurso moralista y lleno de pulcritud. Nada raro en él, exceptuando el hecho que es amigo mío. Siempre he tenido la sensación que algo en mi lo divierte, de todas maneras le tengo cariño.

Otro amigo es Fernando o Feña, y este de verdad parece de los míos. Si por un lado Salvatore pone los límites y las precauciones. Feña por su parte es quien propone los excesos y las ideas más descabelladas. No puedo ser injusto y culparlo de mala junta. Yo también soy de esas personas que nadie quiere como amigo para sus hijos o como posible pareja para su hija. Pero con Feña somos capaces de hacer algo digno de “Jackass” y de hecho lo hacemos. Lo bueno de Feña es que es leal, a su modo, pero leal. Es el único idiota que estaría de mi parte, incluso me incentivaría a destruir el mundo si me lo propongo. En resumen son con Salvatore y el Feña con quienes más comparto. Tengo más amigos a los cuales aprecio y les tengo cariño. Pero son más bien ocasionales y esporádicos. Sobre todo tomando en cuenta que todos están haciendo su vida de la forma normal en el mundo de los adultos. Conviviendo con esposas e hijos que vienen al mundo para seguir el tonto siclo de la vida humana. Se drogan y beben como uno. Pero cada vez menos y con las pilas más gastadas. Aburren con sus temas de pañales y trabajo. Publican todas sus fotos de vacaciones, para quejarse todo el año de la rutina. Por suerte tengo aun a Salvatore y Feña. Pero es cosa de tiempo que se hagan viejos y yo deje de ser interesantes en sus vidas.

Un día estaba con ese par de hueones, fumando yerba en el departamento y cagándonos de la risa. Hablábamos puras hueas a esas alturas y planificábamos un negocio. Mi idea siempre era asaltar un banco, lo divertido es que nunca ellos sospechaban si lo digo hueando o en serio. Feña eternamente con la idea de mierda de una productora, nada nuevo. Y en eso Salvatore sorprendió con una idea que no esperaba del.
-Hueón la mano es un indoor- poniéndose serio y hablando con seguridad –conozco un loco que lo hace así. De esa manera planta de tres, una para el consumo personal y de los amigos, las otras dos a cada una por lo bajo le saca 150 lucas. Hueón- refiriéndose a mí –vives hace caleta de rato solo el departamento de tu tío, tenís la mano para hacer el indoor.

Solo basto ese comentario para darle rienda suelta a nuestras fantasías canabicas, buscando el mejor cuarto donde hacer la instalación, que semillas cultivar y como disfrutar de tanta marihuana a la mano. Las ventajas de no tener que comprar y sumarle la posibilidad de agregar utilidades. Solo el buscar algo para el bajón nos desvió el tema y quedara todo como un efímero proyecto. Pero si algo tiene Salvatore es que cuando algo se le mete en la cabeza y le da con algo. No para hasta que nos veamos todos de cabeza, haciendo de sus ideas una realidad. Al otro día me lleno el correo del Facebook con información y presupuestos. Podía mandarlo a la chucha como siempre lo hago, pero la idea no era mala. En ese momento no me pareció mala. El problema no era que rayaba en la ilegalidad, de hecho eso siempre con Feña nos importaba un pico. El problema es el costo de la inversión y una cantidad de plata que es considerable. Cada alógeno, fertilizante e incluso las semillas de crecimiento rápido. Todo eso me parecía caro y algunas cosas innecesarias. Siempre vi a mi mamá que solo gastaba agua en sus chifleras y mala madres. No sé qué tanto podía costar mantener una planta, pero me parecía mucho de buena a primeras. <<Tendría que pedir prestado>>. Fue lo único que atine a decir, no tenía de donde mierda sacar 60 lucas mínimo que pedía Salvatore cada uno por cabeza. Feña tampoco tenía esa cantidad y estaba seguro de eso. Ya no era tan la mano un indoor, no sin antes asaltar un banco. Pensaba sin optimismo ninguno.

sábado, 21 de diciembre de 2013

Historia de un facho ilustre.

El viejo era bueno y ya me tenía ubicado. Tuve la suerte de conocerlo pidiendo agua y con una caña de mierda. De esas que te dejan sin hambre y sintiéndome como el pico. El solo sonreía y me decía: Lo pasó bien anoche joven. Yo solo atinaba sonreír, hacerme el weon de un principio, sabía que el viejo sería cómplice pasajero. El viejo comentaba el clima en algunas ocasiones, en otras sobre cierta teleserie que no veo, pero era fijo que hablábamos de la selección y de futbol. El viejo me era simpático, típico viejo tela y buenos para las cañas de vino tinto. Les juro que nunca supe su nombre, nunca le pregunte como se llamaba y tampoco él nunca me dijo. Solo escuchaba, fingía por simpatía encontrarle la razón, atinaba agradecer el agua y saludarlo cada vez que lo veía con un: Buenas tardes.

Un día que me tenía que juntar con mi mina y para variar estaba atrasado. Celular descargado, no usas reloj y no sabes qué hora es por la poción del sol, solo sabes que es tarde. Pero el viejo me salvo al verlo y pedirle la hora. Solo que la cago al sacar el reloj de su bolsillo, también saco un calendario de Pinochet.

Lo que opino de Pinochet y de sus seguidores fanáticos no es bueno. En verdad el pinochetismo me causa rechazo, hacer burlas y tratar a weones como imbéciles en muchas ocasiones. Pero el calendario del viejo me dejo mudo, me fue decepcionante y odiaba al destino porque fuera facho. Seguí fingiendo, simpatía más que nada, pero no fue igual que antes. Asumo que aún me paso a Pinocho por la callampa con todas sus letras, pero sentir que el viejo que siempre tan amable me dio agua no era bueno, fue imbécil de mi parte.


Ahora hay otro viejo, que tampoco sé cómo se llama. Pero este ni siquiera saluda y solo le pido agua cuando está regando. No sé si es facho o concerta, ni chicha ni limonada. Pero quiero al viejo bueno, el mismo que siempre me sonría. Incluso entando ebrio o con ojos rojos de tanto porro. El que más me acepto, incluso sintiendo él, que mi vida era una mierda.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Argumentos de redes sociales y porque no voto.

-Mi mamá le pega a la tuya
-La mía no es gorda
-La tuya es mujer mala
-La mía no es muda
-La tuya es grosera
-La mía da mejor teta
-La tuya tiene una hija lesbiana
-La mía gana en las encuestas
-La tuya es una gorda, puta, insoportable y  maricona sonriente.
-La tuya es momia, histérica y vieja de mierda

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Amor amoroso amante

Advertencia para los cariñositos, arjonas y otras criaturas detestables:
Si vienes aquí por algo “sublime” y digno de ser considerado “hermosas palabras”, pues es porque aún no conocen al paria y su poesía de dudosa calidad. Si has llegado hasta este lugar para ver paisajes lunares, puestas de sol, caballos galopando en una playa y mujeres en sabanas con un toque levemente sugerente, pierdes tu tiempo. El paria hace trucos sucios para ser leído (incluso los hace para intentar hacer reír) y se pasa por el culo ciertos principios que con el tiempo, ya están bastante devaluados. Si a usted llega a disfrutar lo aquí escrito, puede que sea una mera casualidad, pero lo más probable que se sienta estafado y molesto. De todas maneras si se siente molesto, hágase usted un favor y no lo comente, el paria disfruta tanto con los insultos como los aplausos. (De todas maneras hay que hacer hincapié que el paria hace todo esto porque no se le ocurrió un buen titulo para el poema y tampoco que imagen usar)

El “no hay futuro” también es un plan de vida
Los arboles torcidos también dan sombra
La ansiedad también es excusa
El odio también es una virtud
Lograr nauseas en los comensales también es necesario
Y la masturbación también es un deporte

Claro que hay momentos en que me pongo en duda
El feminismo se va a la mierda con la pornografía
El machismo se va a la mierda con el aborto
Las utopías se pudren por medio de un monitor
Las reivindicaciones ya parasen disculpas del fuego
Y el desinterés un acto de solidaridad para televisarlo

Pero
El gusto por gritar es tan genuino como el cemento
Sentir placer de hacer ruido escuchando el viento
Ponerse de pie aunque nadie se dé cuenta
Animarse a pedir perdón para seguir insultando
Volver a lo que solo se puede ser perdido en la eternidad
El ser defectuoso que a todos recuerdan sus propias mentiras
Y sonreír en acto de rebeldía.