Los vagones llenos de ida y vuelta por cinco días
Almorzar contra el tiempo por cinco días
Distraerse con comentarios de pasillos
“¿Quién vio el reportaje de anoche?”
“De nuevo el “viejo” anda de malas”
“Esta rica la nueva recepcionista”
“De nuevo sube la bencina”
-De nuevo sube la bencina-
Como si él no lo supiera
Son cinco días comiéndose los olores del metro
Cinco días desperdiciando por lo menos dos horas viendo
malas caras
Tan malas como la suya
Mejor no pensar y perder el tiempo en algo
Los minutos más eternos
Los últimos cuarenta minutos
Y la libertad como un sentimiento lejano
Siempre se vuelve a la maldición de los cinco días
Sentir las llaves en las manos a treinta pasos de la casa
Hogar dulce hogar
Ahí estará el automóvil que no usa por esa bencina que
siempre sube
El orgullo familiar de pantalla plana pagándola en doce
cuotas
Una mujer que cada día solo sabe más quejarse
Y dos engendros que cada vez parecen más distantes
No estará el jefe que siempre anda de malas
Ni los burdos comentarios de pasillos que lo hacen pensar
Y cuarentas minutos se pasan volando
No solo minutos
El tiempo se hace nada antes de volver a los cinco días
El saludo es tan rutina como los viajes en metro
Más amables
Menos incomodos
Pero un ritual inconsciente de sentirse en familia
Por lo menos sentirse querido
Ignorado
Pero querido
Nunca sentirse a salvo
“El refrigerador tiene un ruido extraño”
“La próxima semana hay reunión de apoderados”
“Para maña solo hay fideos es necesario ir al
supermercado”
“Vence la cuota del préstamo”
-Si-
-Ok-
-Está bien-
-Lo tengo presente-
Cualquier cosa dicha vale para que se calle un rato
Ignorar todo es tan válido
Es tan válido si él también lo es
No es tan malo
Comer rápido y poder tirarte a la cama a ver televisión
No es tan malo
Al rato va llegar ella al lado
Quejarse nuevamente que cambia todos los canales
De lo tonto que es pagar cable para no ver nada
Y un discurso que no lo va ser cambiar ese habito
Ni mucho menos gritarle a ella que ese es su nirvana
Y que deje de hinchar las pelotas un rato
El engendro mayor pide permiso para salir
Y se compromete a llegar a una hora que no va cumplir
Él lo sabe mejor que nadie
El también no cumplía horarios y los cinco días eran dóciles
Siente una pequeña envida del pasado
-Ok vuelve temprano-
No lo va hacer pero poco importa
Es ella la que va estar más pendiente de la hora
De que si no llega
Si pasa algo
Pero el solo quiere que disfrute un poco
Antes que los cinco días le pasen la cuenta
Que los viernes ya no serán salvajes
Que el engendro también pasara los fines de semana
postrado
Pasa el tiempo
Se sigue pasando canales sin ver nada
Ella comienza a
quedarse dormida
Y por fin logra sentir un poco de paz tan esquiva
Por fin mente en blanco consumiendo todo lo que la
pantalla ordena
Hasta que aparece esa modelo con fama de puta que todos
comentan
Sería tan agradable una noche con ella
Que todos los quejidos que escuchen sean orgasmos
Lamer esas tetas
Acariciar ese culo en cada envestida
Esa cintura para afirmarse en el abismo del último roce
Esa modelo despertaba ese animal que encierra durante los
cinco días
Su mano derecha lentamente buscaba el palpitar entre las
piernas
Tocarse lentamente sin despertar a la que duerme a su
lado
Al igual cuando era adolescente sin que nadie se diera
cuenta
El mismo movimiento de su mano arriba y abajo
Lento
Sin emitir menor sonido
Y por sobre todo imaginando ya no solo a la modelo
A la recepcionista joven que tiene a todos comentando en
los pasillos
La adolescente de culo tierno que vio en la calle
En su mente nadie lo juzgaría si pudiese ser su hija
Era solo otra fantasía masturbadora
Como la morena con cara orgásmica del metro
La madre del amigo del engendro menor
Esa misma que está recién separada
Una gama infinita de mujeres follables
Lejos de los cinco días
Lejos de sentirse ignorado
Lejos de toda realidad en el vaivén de su mano
Eyacular y sentir la viscosidad incomoda del placer
Limpiar toda evidencia con un calcetín
Apagar la televisión porque ya todo estaba consumado
Mirar una mujer que ya solo sabe quejarse
Él sabe que en el fondo no es culpa de ella
Ella también es una víctima de los cinco días
Sintió un poco de culpa y la abraza con cariño buscando
el sueño
Los cinco días volverían pronto
Y se queda dormido pensando de como arruina su vida.