Los voy a matar a todos. Los voy a desmembrar, destripar,
quemar, desangrar, ahorcar, aplastar, mutilar, machacar, cortar, asfixiar,
decapitar, disparar o apuñalar a todos. A esa embarazada por ejemplo, voy
arrancarle el feto abriendo su abdomen hasta la altura del cuello. Después estrangularé
con el cordón umbilical a la criatura y esperando que sea visto por su madre agonizante.
O al viejo de bastón, de forma sutil,
voy a patear su apoyo haciéndolo caer en medio de la calle y que los automóviles
lo revienten por todo el pavimento. Arrancar de mordiscos la cara de ese joven,
a martillazos dar nueva forma la cabeza de esa señora. Todo eso lo voy hacer y
con cada nueva víctima inventare formas nuevas de destruir sus cuerpos y vidas.
Voy a caminar entre los cadáveres pateando sus cráneos y al
atardecer me pondré borracho mientras veo como se pudren. Sentiré el pegoteo de
la sangre en cada paso victorioso, mientras el hedor a muerte me pone por
encima de la ciudad devastada. Prenderé fuego a todo y buscare sobrevivientes
para quemarlos vivos entre la podredumbre. Voy a matarlos a todos. YO VOY A
MATARLOS A TODOS…
-¡Señor! Señor disculpe, es su turno.
-Ah, este… espere. Aquí le traje la copia de los documentos.
-Veamos, bien, todo en orden. Con este recibo puede retirarlos
más tarde.
-Gracias, que tenga un buen día.
-Igualmente.
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