¿En qué quedamos?
Por lo menos
nadie salió herido
Hace mucho que
el orgullo lo metí en un uniforme
Y lo hice
marchar de forma matutina
Claro que miraba mi cara rodeado de mortales
Y confundí estatus
con normalidad
¿No sé a quién pretendía
engañar?
Nunca debí
abandonar el “No hay futuro”
Solo logre
hacerme un poco más viejo
Y entusiasmarme
con las promesas burguesas
Cambie harapos
por números
Era cosa de
tiempo traicionar mis nuevas mentiras
Me preguntaron
de forma amable:
¿Dónde quieres
estar ahora?
De forma grosera
y en calma respondí:
Ni si quiera sé
si estoy
Intente dar
ladridos para no levantar sospechas
Pero fue tarde
No aprendí a sonreír
Solo seguí
escupiendo sangre
No sé qué voy
hacer ahora
Puede que me
conforme culpando a otros
Porque esa fue
mi lección de urbanidad
Yo siendo el más
endémico del cemento
Miraba la punta
de mi pene al orinar
Y después me
quise ver completo
Mostré mis manos
y mi cara al mundo
Solo demostré
que los límites no son miedos.
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