martes, 28 de enero de 2014

Esa maldita costumbre

Lo peor de esta historia
Es esa maldita costumbre
De forma tan animal
Me termine acostumbrando a ella

Me acostumbre a dormir desnudo
A buscarla medio dormido con el brazo
A no querer levantarme en este pedazo del mundo
Hacer un chiste por nuestros aspectos deplorables
Me acostumbre a no sentir vergüenza con ella

Era una costumbre verla deambular por el pasillo
Más de alguna vez con el culo al aire
Verla mear porque me excitaba
A tocarla
Me acostumbre a que fuera mía

De mala gana me acostumbre a sus mañas
Y ella también se acostumbró a mis manías
Estuve tres años comiendo ensalada con jugo de limón
Preparando un té más con dos cucharadas y medias de azúcar
Llevarla al hombro después de la ducha
No sin antes esperar el “calentito” perfecto
A discutir por trivialidades
A su orgullo doblegar mi atrevimiento
Me acostumbre a creer que volvería
Siempre volvía

Me acostumbre a panoramas rebuscados
Que muchas veces terminaban en algo improvisado
Por salir del paso
Alguna razón desconocida
O la mala suerte de nuestro lado
Me acostumbre a verla poco tolerante al sentirse frustrada
Me acostumbre a que su silencio fuera una señal nefasta
Me acostumbre a pesar de todo nunca soltar su mano
Me acostumbre a esa inseguridad de perderla
No pude nunca disimularlo bien del todo

Fue costumbre no beber sin comida
Ella un poco se acostumbró a verme borracho
Hacer competencias de flatos
A reírnos cómplices de nuestras groserías
Podíamos hacer un chisto de ello
O terminar follando en el sofá
Nos acostumbramos hacer humanos
Tuvimos la costumbre de también ser amigos
En lo posible no perder el contacto

Pero lo peor de todas las costumbres
Es que me costumbre amarla de forma presente
También eso de sentirme amado
De sentirla real
Pelusona
               Chúcara
                             Imperfecta
Y por más que lo intento no me acostumbro a la ausencia
Ni la suya
Ni la mía

Solo me acostumbro al imposible de olvidarla
A volver a masturbarme como un adolescente
A dar lastima entre botellas
A dar lastima en desvelo
Y dar rienda suelta a mi verdad decadente. 

1 comentario:

  1. Lo leí, sé que no necesitas ningún comentario. Sólo diré que lo leí

    ResponderEliminar