miércoles, 17 de septiembre de 2014

Pasando revista

Desperté con el sol del mediodía en la cara, la espalda haciendo contacto con el suelo y el sabor a vomito en la boca. Si en un momento perdí la cabeza, un dolor agudo en la sien me recordaba donde la había dejado. La billetera  algo más ligera y por lo menos las llaves no decidieron separarse de mi lado. Mejor no pensar en el último recuerdo, dejaré esa tarea para la ducha fría. Parece imposible, pero por fin mi cuerpo pide agua, señal de toda tregua con la mente adolorida. No conozco el bulto en mis pies, ni conozco el culo que duerme a mi lado, el lugar me es familiar tanto como cagar café en grano. Aparte de dinero, no me falta nada. Echar un vistazo al culo para ver que si valió la pena y salir pensando en que fue una buena noche.

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