lunes, 15 de septiembre de 2014

Un mal día

Pisar caca de perro; por fin consigues asiento en el metro y a la estación siguiente sube un ejército de embarazadas; se te apaga el último fósforo y el calefón sigue sin ser prendido; te toca la abuelita que cuenta las monedas de 10 delante de ti en la fila del súper; no encontrar la llaves en la puerta de tu casa y estar que te cagas;  se te da vuelta la bebida del almuerzo; no queda pan en el negocio y te ofrecen pan de molde; tu mina te dice “tenemos que hablar”.

Un mal día, un puto mal día lo tienen todos. No hay solución para eso, solo queda apoyar la cabeza en algo suave y mandar el mundo a la mierda entre sorbos de cerveza.

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